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¿Querés reducir tu cintura? Probá con los hipopresivos

Te la pasás haciendo abdominales y ejercicio aeróbico... pero en lugar de reducirse, tu cintura cada día aumenta más. Probablemente estés realizando los movimientos de forma incorrecta. Te damos las claves para que reduzcas la cintura de verdad.
Tamara Rial y Piti Pinsach -

 

  • El dato

Investigaciones hechas por la Universidad de Oregon con mujeres de edades comprendidas entre 25 y 60 años que realizaron, durante 3 meses, 3 veces a la semana 20 minutos de los Ejercicios Abdominales Hipopresivos, demostraron una reducción significativa del perímetro de la cintura de 3,5 cm de media y una disminución de la incontinencia urinaria de 2,8 puntos de media que equivalía, en algunos casos, a la desaparición de las pérdidas.

  • Tu plan hipopresivo

Debés tener en consideración unas pautas previas a seguir en todos los ejercicios:

→ Crecé. Mantené una autoelongación desde el inicio del primer ejercicio hasta el final e incluso durante las transiciones entre ejercicios.

→  Adelantá el eje de gravedad. Desplazá el peso de tu cuerpo hacia adelante.

→  Ensanchá tu tronco. Estirate hacia los lados, separá los hombros como si se quisiera ensanchar el tronco, es lo que se conoce como decoaptación.

→ Expulsá el aire y abre tus costillas. Sin aire hacé como si quisieras tomar aire ampliando tu caja torácica. Esto crea una mayor disminución de la presión abdominal.

→  Cuando precises inspirar (después de 10 a 30 segundos), hacé tres respiraciones torácicas y de nuevo expulsá el aire para repetir el ejercicio dos veces las primeras sesiones y aumentás cada semana una repetición más hasta llegar a realizar 20 minutos de sesión con estas pautas.

 

  • El dato

Investigaciones hechas por la Universidad de Oregon con mujeres de edades comprendidas entre 25 y 60 años que realizaron, durante 3 meses, 3 veces a la semana 20 minutos de los Ejercicios Abdominales Hipopresivos, demostraron una reducción significativa del perímetro de la cintura de 3,5 cm de media y una disminución de la incontinencia urinaria de 2,8 puntos de media que equivalía, en algunos casos, a la desaparición de las pérdidas.

  • Tu plan hipopresivo

Debés tener en consideración unas pautas previas a seguir en todos los ejercicios:

→ Crecé. Mantené una autoelongación desde el inicio del primer ejercicio hasta el final e incluso durante las transiciones entre ejercicios.

→  Adelantá el eje de gravedad. Desplazá el peso de tu cuerpo hacia adelante.

→  Ensanchá tu tronco. Estirate hacia los lados, separá los hombros como si se quisiera ensanchar el tronco, es lo que se conoce como decoaptación.

→ Expulsá el aire y abre tus costillas. Sin aire hacé como si quisieras tomar aire ampliando tu caja torácica. Esto crea una mayor disminución de la presión abdominal.

→  Cuando precises inspirar (después de 10 a 30 segundos), hacé tres respiraciones torácicas y de nuevo expulsá el aire para repetir el ejercicio dos veces las primeras sesiones y aumentás cada semana una repetición más hasta llegar a realizar 20 minutos de sesión con estas pautas.

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Repití dos días a la semana esta serie de ejercicios durante 20 minutos después de hacer una progresión inicial.

1. Pies paralelos, ligera flexión de rodillas, cadera neutra, eje de gravedad inclinado ligeramente hacia delante. Girá los brazos hacia adentro y mantené los dedos de las manos extendidos apuntando hacia tus caderas. Mirá al horizonte mientras crecés. Expulsá el aire y abrí las costillas.

Evitá pensar en entrar abdomen o subir el periné porque lo harán solos, esta es la magia de los hipopresivos.

2. Igual que el ejercicio anterior sólo que inclinás el tronco hacia adelante y apoyás las manos justo encima de tus rodillas.

Imaginá que alguien te toca los codos y debe empujar hacia él. Crecé alargando tu columna de modo que ponés el peso en la punta de los pies. Expulsá el aire y abrí las costillas.

3. De rodillas con los dedos de los pies en el suelo, llevá el peso de tu cuerpo hacia adelante y mantené los brazos en la misma posición que tenías en el primer ejercicio, crecé. Expulsá el aire y abrí las costillas

 

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Apoyá las manos en el suelo a la altura de los hombros, con los dedos de las manos que se miran entre sí, codos ligeramente flexionados, imaginá que te agarrás del pelo hacía delante de modo que ponés más peso en tus manos que en tus rodillas. Expulsa el aire y abre las costillas.

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Sentate con las rodillas ligeramente flexionadas, las puntas de los dedos que miran hacia arriba, los brazos como en el primer ejercicio y crece. Expulsá el aire y abrí las costillas.

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